Interés Variable

17:17 / Comments (0) / by retinorama

Siempre había pensado que querer bastaba, pero nunca pensé que podría llegar a no bastarme. Una vez escribí que hubiera dado la vida por lo que te sobraba, y ahora, que es lo único que tengo, sobras de tu presencia, me doy cuenta de que no, de que ya no. Quizás hace un año si. Ahora, ya es tarde. Mi amor por tí no es tan grande, porque quererte a tí implica dejar de quererme a mí misma. Dices que me echas de menos y no estás, y eso debería bastarme, y dices que es cierto, y para mí, lo único cierto es que no hay nada que me diga que me dices la verdad. Hace días que no sé nada de tí, si entendemos como saber de tí que no te veo, que no te siento, que te siento a miles de kilómetros cuando los que nos separan no llegan a veinte, y todo podría ser más fácil, y sin embargo, me quedo sola, y es entonces cuando mi vida se convierte en un bodevil, y esa que también soy yo me mira de frente en el espejo y me pregunta qué es lo que creo que estoy haciendo, a qué estoy esperando, si no me bastan y me sobran evidencias, que recuerde, que ya es suficiente tiempo, que ya es tarde para todo. Otra, que también soy yo, guarda silencio mientras me susurra que aguante un poco más, que si he llegado hasta aquí no tire la toalla. No soy tan fuerte. Y es demasiado tiempo esperando, dándole arena a mi pobre corazón. Que recuerda como era querer y ser correspondido. Quizá sea mi culpa, demasiado impaciente, demasiado impulsiva, demasiado... demasiado yo. No puedo darle plazos a lo que siento. Mi corazón no se atiene a hipotecas.

Ni yo quiero pedirte explicaciones ni tú darme excusas. Ninguno de los dos somos malas personas, ya sé, yo tampoco quiero hacerte daño. No me has llamado porque no has sentido la necesidad de escuchar mi voz, y sin embargo, me echas de menos. Cómo se puede comprender eso. Estar contigo exige demasiada paciencia a alguien como yo, que no se fia del mañana. Para qué voy a decirte lo mismo, otra vez. Para qué vas a decirme lo mismo, otra vez. Es curioso, parece que haya hablado contigo de esto millones de veces. Me quedo sola y me convierto en un monstruo. Me dejas sola y recuerdo por qué me prometí huir de tí antes de que volvieras a hacerme daño. Antes de que el que salga corriendo de nuevo seas tú, y hasta en eso te llevo ventaja. Te ví huir primero antes. Pretendes volver a dejarme una herida abierta? Vas a volver a dejarte vencer? Qué clase de corazón albergas tú en el pecho? Que es lo que ganas con todo esto? Qué estás haciendo, con toda mi esperanza como un papel arrugado entre los dedos?

Me pides una paciencia que has agotado. Te he dado demasiado tiempo, y no es tan solo eso, es mi vida, y solo tengo una.

Me pides que confie en algo que no puedo ver, que no puedo sentir, que no existe, que son palabras.

Me pides demasiada fe. Y son malos tiempos para la esperanza.

0 parpadeos: