diálogos

22:30 / Comments (0) / by retinorama

No lo hubiera imaginado, pero ahí estaba ella. mirándome de frente entre un mar de cuerpos, con dos ojos que se me dispararon como lanzas, y le aguanté la mirada, no porque le estuviera desafiando, sino porque aceptaba lo que iba a pasarme, porque me iba a enfrentar a una furia que yo conocía muy bien. Lo merecía, lo tenía merecido. había jugado sucio, sin tener más remedio. y lo aceptaba.


La ví venir, y la ví guapa. Mucho más delgada, ojerosa, pero guapa. debe salir mucho últimamente, debe haber recuperado la memoria de follar con un hombre nuevo después de tantos años de monotonía, de ponerse unas botas y medias de media pierna, la sombra de rímel corrido alrededor de sus ojos, y la repasé tranquilamente mientras ella no dejaba de mirarme con sus dos ojos clavados como garras, y se acercaba a mí usándome de ancla para hacerme recordar que yo también sentí furia, rabia, impotencia y una nostalgia atroz que me comía el corazón. pero eso fue antes, y antes fue al revés.


Hola, tú eres carla.....apenas abrí los labios, me partió la cara de una de las mejores hostias que he recibido en mi vida. Fuerte, contundente, como un misil contra la mejilla, pero no me moví, y le devolví la mirada a tiempo para ver que tenía el mentón afilado, los ojos redondos, y aquella noche, la mano larga, porque la sujeté justo a tiempo de evitar que volviera a abofetearme. Cuando le devolví la mirada entrecerró los ojos con odio, y empezamos a forcejear con violencia, pero no la solté.

Cuando logró zafarse, se me abrazó y se puso a llorar.

0 parpadeos: